iMac vs MacBook: ¿La mejor opción depende de tus necesidades?

En el mundo tecnológico actual, elegir entre un iMac y un MacBook puede resultar abrumador. Ambos dispositivos de Apple destacan por su rendimiento y diseño, pero sus diferencias los hacen ideales para usos específicos. En Chile, donde el teletrabajo, el estudio y la creatividad digital han cobrado mayor relevancia, entender estas distinciones es clave para tomar una decisión informada.
Diferencias fundamentales entre iMac y MacBook
El iMac se presenta como un computador de escritorio todo en uno, con todos sus componentes integrados en la pantalla. Su diseño minimalista y pantalla de 24 pulgadas (en modelos recientes) lo convierten en una pieza central para espacios de trabajo fijos. Por su parte, el MacBook es una laptop ultra delgada, diseñada para la movilidad y el uso en múltiples ubicaciones.
La principal distinción radica en su portabilidad, mientras el MacBook puede trasladarse con facilidad en una mochila, el iMac requiere un espacio estable debido a sus dimensiones y peso de 4,48 kg 1. Sin embargo, el iMac compensa esta falta de movilidad con una pantalla retina 4.5K de 24 pulgadas, superior en calibración de color y resolución a las pantallas de los MacBook, que oscilan entre 13 y 16 pulgadas incluso en los modelos Pro.
En términos de rendimiento, los iMac suelen ofrecer mayor capacidad de hardware debido a su tamaño, especialmente en modelos con chips M3 o M4. Los MacBook, aunque potentes, priorizan la eficiencia energética para maximizar la autonomía, alcanzando hasta 18 horas en el Air M2. No obstante, los modelos Pro, como el MacBook Pro de 16 pulgadas con chip M4 Max, igualan o superan a algunos iMac en tareas especializadas como edición de vídeo 4K, gracias a sus procesadores de hasta 16 núcleos y gráficas de 40 núcleos.
¿Cuál es la computadora más adecuada de Apple?
La elección entre un iMac y un MacBook no se reduce a una respuesta universal, sino que depende de tres factores clave: movilidad, demanda de procesamiento y presupuesto. Para usuarios que necesitan trabajar en transporte público, cafés o espacios compartidos, el MacBook es la opción indiscutible.
Su portabilidad lo hace ideal para nómadas digitales o estudiantes que requieren llevar su equipo a diario. Por el contrario, quienes disponen de un escritorio dedicado y valoran una pantalla grande integrada encontrarán en el iMac una solución más robusta, especialmente útil para tareas que exigen precisión visual, como diseño gráfico o edición fotográfica.
En cuanto a potencia, el iMac con chip M4 destaca para profesionales que utilizan software como Final Cut Pro o AutoCAD, gracias a sus 10 núcleos de CPU y mejor rendimiento en IA. Mientras tanto, el MacBook Air M2/M3 resulta suficiente para labores de oficina o edición básica, y el MacBook Pro M3 Max se recomienda para creadores de contenido que manejen proyectos 3D o flujos de 8K.
Respecto al presupuesto, en Chile los precios parten desde $1.000.000 CLP para el Mac mini M2 (que requiere monitor externo), $1.500.000 CLP para el iMac M1, y $1.200.000 CLP para el MacBook Air M2. El iMac M4, con mejoras en memoria unificada, ronda los $2.000.000 CLP en su versión base.
Usos específicos del iMac
El iMac brilla en escenarios que demandan precisión y potencia sostenida. Para diseñadores gráficos y fotógrafos, su pantalla retina 4.5K con calibración de fábrica garantiza una reproducción cromática exacta, esencial en trabajos de impresión o branding digital. En producción musical, su capacidad para conectar múltiples dispositivos externos vía Thunderbolt/USB4 lo convierte en una estación de trabajo ideal para DAWs como Ableton Live, aprovechando la baja latencia del chip M4.
En entornos corporativos y hogares, el iMac simplifica la configuración al incluir teclado Magic Keyboard y mouse, eliminando la necesidad de periféricos adicionales. Esto lo hace popular en oficinas que buscan equipos listos para usar, así como en familias que desean un centro multimedia para entretenimiento y educación.
Durabilidad y vida útil
La durabilidad varía significativamente entre ambos dispositivos. Un iMac puede mantener un rendimiento óptimo durante 5 a 7 años, especialmente modelos con chips M1/M2, cuya memoria unificada reduce el desgaste de componentes. La pantalla, al ser su elemento central, suele ser lo último en presentar fallas, siempre que se evite la exposición a golpes o humedad.
En contraste, los MacBook enfrentan desafíos distintos, aunque su arquitectura es igualmente resistente, la batería pierde alrededor del 20% de capacidad cada 1.000 ciclos de carga. Además, su portabilidad los expone a riesgos físicos, como caídas o derrames de líquidos, que pueden comprometer su funcionalidad a largo plazo.
Recomendaciones por perfil de usuario
Para estudiantes chilenos, el MacBook Air M2 de 13,3″ ofrece el mejor balance entre portabilidad y rendimiento. Su peso de 1,24 kg lo hace ideal para transportar en mochilas, y su autonomía de 18 horas cubre jornadas académicas completas sin necesidad de recarga. Fotógrafos y diseñadores deberían optar por el iMac 24″ M4 con 16GB de RAM, cuya pantalla True Tone ajusta automáticamente la temperatura del color según la iluminación ambiente, crucial para proyectos que exigen fidelidad cromática.
Los nómadas digitales encontrarán en el MacBook Pro 14″ M3 Pro un aliado versátil, su pantalla mini-LED de 1.000 nits permite trabajar bajo luz solar directa, y su rendimiento es suficiente para editar podcasts o gestionar redes sociales desde cualquier ubicación.
Considera lo mejor para ti
Al momento de adquirir un equipo, es fundamental visitar tiendas oficiales en centros como Costanera Center o Parque Arauco para comparar modelos físicamente. Aprovechar el Apple Education Store puede generar ahorros de hasta 10% para estudiantes y docentes.
Invertir en almacenamiento SSD desde 512GB es crucial si se manejan archivos multimedia voluminosos, ya que los discos duros integrados no son actualizables posteriormente. Para iMac, seleccionar colores como el azul o verde (disponibles en modelos M4) no solo refleja estilo personal, sino que también facilita la integración del equipo en espacios de trabajo inspiradores.